Traigan aquí sus culpas y pecados, dolores y remordimientos.

Queremos sus llantos, odios, súplicas, rencores, venganzas.

Deseamos su furia sin contemplaciones ni restricciones morales.

Que sus inmundicias, peores secretos, recuerdos tortuosos son aquí transformados mediante catarsis en una redención divina...

jueves, 25 de octubre de 2007

LA PRINCIPAL FURIA DE ALECTO

Mi hermanita Alecto me dijo que tenía una deuda pendiente con el caballero de la fotografía… Que más que una fotografía es un montaje elaborado por un artista gringo con muchas imágenes de estadounidenses fallecidos en Irak.

Y como yo de egoísta no tengo nada, y mi espacio lo comparto con todos… les transcribo lo que ella sentenció.

Porque te vistes con la sangre de los muertos del mundo
es que mi cita contigo será pletórica de horrores.

Cargas con el peso de la macabra historia
y con la responsabilidad inmunda de un mundo en crisis
por tu firma deleznable y traidora…

Te ríes, insulso, porque no entiendes.
Es que la propia estupidez se hizo persona en tu silueta…

Te refresco las sienes con tu propia condena,
estúpida marioneta de lo peor del ser humano…

Pagarás por ser descendiente de hienas y de zorras,
y de cuanto animal carroñero exista en este planeta malherido.
Tus ansias vampíricas de oro negro y de terreno
profanan, a diario y de mil formas, las calles de cada Estado…
Sucumben así las venas abiertas de tabaco, ron, maíz y tomate;
así como los atardeceres rojos de los hijos del sol y la arena estéril.

Pesarán en tu mirada mentecata y obtusa, como la de tu padre,
las explosiones de petróleo y napalm en continentes arcanos.

Pasarás en el Erebo hambre, frío y tormento, de eso me encargaré yo misma…
que la estupidez no es excusa ni factor de redención para babosos como tú.

(Con maldito cariño para Pescador)

viernes, 19 de octubre de 2007

TU DESTINO

Porque tu piel emponzoña el aire es que nadie volverá a tocarte,
y se alejarán de tu presencia como del leproso terminal.
Porque tu voz corrompe la cordura solo Eco será tu oído atento,
y caerás en la locura fatídica de las sombras inanes…

Y las zorras y las perras se avergonzarán de ti,
y te atacarán por deshonrarlas tan vilmente.
Y las hetairas romperán tu rostro falso por mancillar su oficio,
maraquita fanfarrona, pervertida lacra inmunda...

Hipócrita amalsanada, jabonosa, traicionera;
babosa infecta, ruin, indigna e indecente.
Estigma monstruoso, sombra deshonrosa;
de una vez y para siempre, desaparécete y muere.

Los vientos desatados de las pesadillas vendrán sobre ti,
y rasgarán tus vestiduras para contemplarte, lacerada.
Gritarás lágrimas de fuego para aplacar el llanto,
mas el eco de tus acciones rebotará sordo en los Elíseos.

Ni siquiera Hades te acunará piadoso,
por temor a las iras rubicundas de Perséfone.
Porque las perras mal paridas ni siquiera duermen en el Erebo,
sino apenitas a su entrada, con el hambriento y lascivo Cancerbero…

Gea te escupirá asqueada y tu cuerpo se ajará de polvos nuevos,
porque de los otros tuviste en demasía y a raudales.
Podrida en vida más que en ausencia de respiros,
sólo náuseas de carroña, incluso para hienas o buitres…

viernes, 12 de octubre de 2007

CATARSIS CONSCIENTE


Déjame lacerarte otro poco, maldita hiena carroñera;
quédate unos minutos más, tiritando, suplicando.
Gime así perdida en tus susurros, perra infernal,
que cada acorde tuyo purifica mi nobleza mancillada.

Déjame quemar tus pechos con mi cigarro,
para escupir luego en tus heridos pezones colgantes.
Llora despacito y queda, zorrita mal nacida,
que cada lágrima tuya lava mi ego maltrecho.

Déjame extirpar de cuajo tus “ojitos color miel”,
ahora de tinta sangre, coagulada y sucia.
Pide perdón despacio, puta barata infecta,
para que cada minuto mío sea tu Erebo eternizado.

(Descansa un poco, criminal asesina de ilusiones;
te necesito consciente todavía.
Que mi furia desatada recién comienza,
¡¡¡Y tengo tanta, tanta pasión por entregarte!!!)

Déjame pisar tus dedos con mis tacones afilados;
para quebrar uno a uno tus huesos por mí maltrechos.
Grita clemencia al cielo, asquerosa maraquita rastrera,
porque aquí en la tierra, tu tormento es todo mío.

Déjame violar tu sexo impío con navajas enceladas,
y luego ratas hambrientas tragarán tus entrañas socavadas.
Oye con pavor el murmullo en tu entrepierna,
porque escarbarán hasta borrar sus huellas de tu carne.

Déjame ahora amputarte el alma, lentamente,
como tú lo hiciste, feliz, con la vida mía.
Tu gran culpa es existir, tu respiración mi ultraje…
Para liberarme, me vuelco en condena y en verdugo.

miércoles, 10 de octubre de 2007

capital


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Ven a pecar conmigo, virtuoso, dejando atrás humildades, templanzas y castidades. Ven a bañarte de mi soberbia, a alimentarte de mi gula, a humedecerte de mi lujuria. Ven aquí, inocente, no hagas caso de la diligencia que te queda mejor dormir sobre el regazo de mi pereza. Y ahora, que estás más adentro que afuera, quiero todas tus culpas para lamerlas enteras. Hagamos de tu piedad una orgía de envidias y de tu paciencia la explosión orgásmica de nuestra ira. Dancemos al compás de una nueva melodía, crucemos nuestras lenguas deseosas de mentiras, quememos el infierno todo nuevamente… y pequemos hasta extasiarnos de malicias.
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lunes, 8 de octubre de 2007

MONJITAS BOXEADORAS

Vivimos muy ajetreadas, nosotras, las Erinias. Ni se imaginan cuánto. Y es precisamente porque no entiendo muchas veces el actuar de los humanos que debo establecer ciertos parámetros de lógica, que espero me ayuden a encontrar. Partamos por este caso…
Sucede que hace un par de meses ya, el 19 de julio para ser más exacta, debimos visitar de urgencia un pequeño convento de hermanas clarisas en un poblado diminuto en Italia llamado Bisciglie. Lindo lugarcito cercano a Bari, para los que pasean por ahí, y para los que no, para que se armen una idea.
El motivo de nuestra visita fue porque Anne Marie y Jean Baptiste, dos muchachas novicias, no aguantaron convivir con las ironías y los cambios de humor de la Hermana Superiora Liliane, así que la emprendieron contra la viejita a puños y patadas, recibiendo una tunda “de Padre y Señor Mío” (a la usanza Católica Apostólica Romana) a manos del par de angelicales religiosas.
Doy fe de los hechos… Hemos visto muchas veces a Alecto tentada de la risa frente a los requerimientos de los humanos, y más de alguna vez hemos debido frenarnos para no ayudar en estos arranques de justicia. Esta vez mi pobre hermana tuvo que morderse los labios hasta sacarse sangre para no arrancar a carcajada limpia frente a la veterana que clamaba al Cielo entre los arañazos y patadas en el suelo de las dos impetuosas jóvenes…
Liliane alguna vez fue también joven, y llegó muy orgullosa el año de la fundación del convento en sí, allá por 1963. O sea, pertenece real y objetivamente al inventario del lugar. Entonces que lleguen chiquillas nuevas y desordenadas donde todo debe ser silencio y meditación, no pues, imposible no enfadarse… Yo la entiendo.
La pobre ha dedicado toda su vida a ese sitio y sus fines, y ahora por un par de mozuelas sin miramientos el Arzobispo de Bisciglie va y pide el cierre del claustro al Vaticano... No le echemos la culpa tampoco a Giovanni Battista Pichierri, el sujeto involucrado, porque él trató de limar las asperezas generacionales entre las muchachas y la octogenaria monjita, claro está que sin éxito.
Como el único hogar de la viejecita es el convento, está llena de temores. Lo que monseñor Pichierri debe querer, pensó Liliane, es recuperar el edificio para entregárselo a otra comunidad de religiosas con más concurrencia, porque mal que mal, solventar un convento por tres monjitas ha de ser mucho gasto. Así que esta anciana de armas tomar decidió cerrar las puertas del lugar y atrincherarse adentro, negándose a recibir al Arzobispo. Y tal.
El Monseñor, en una iluminación absolutamente divina, constató “la desaparición evidente de la vocación religiosa y de comunidad eclesial" entre las hermanas; Anne Marie y Jean Baptiste partieron ya a otra comunidad de monjas clarisas.
Sobre el tema, lo único que puedo decir es que por algo a los conventillos se les llama de ese modo, que a estas monjitas les faltó Internet para desahogarse y que me da la impresión que las carencias juveniles de Liliane pasaron por otros aspectos…

domingo, 7 de octubre de 2007

ultimar a silencio y tracion de mordaza.



Busco una excusa para dejar de pasear por tus memorias, mas no puedo porque se que aun sientes como abandona un jadeo tu cuerpo al pensarme, si me has abandonado para no macilentarte, has pagado el precio de la no redencion, por tenerme mas a mano recordando y con la culpa del haberme traicionado, la culpa del no haber podido morder tus labios y darme el premio de la exclusividad en tu silencio, que fue bellamente redimido por las hilanderas del destino, entregandote a ser feliz ... casi feliz, pero sin perdon, porque no soy quien para perdonar, y tu para dejar de respirar. La bestia pide en su agonia ser ultimada, y debo callar, sigo fiel a la prestancia del compromiso y mirar como se extingue la chance del transar, pero no , estoy maldito de verso y cuerda, y sin redencion me entrego a esta juglaria. Sin. Con. a estas alturas vuelvo a ser un aroma y nada mas.

viernes, 5 de octubre de 2007

Cena Romántica



Ya podrían ser las plumas del niño arquero menos negras, que ni aún así su puntería sería buena, porque no mira ni acierta nunca, salvo si le pones dos velas.

De todos es el más caprichoso, el maldito Eros, y como buen Hades puedo atestiguarlo: que andaba yo mirando las florecillas y las ninfas sobre el vientre de Gea, cuando apareció el muy malcriado y me hirió de mala manera. Así perdí yo la partida con Demencia, y acabé secuestrando a Perséfone en mi carro (un cuatro caballos negros), para bajar de cabeza a los Infiernos con ella a mi lado. Le dí a comer seis granos de granada, y lamió mis dedos deseosa de ser mi reina. Hasta aquí todo iba bien, que digo bien, iba a las mil maravillas, casi me daban ganas de cambiarle el nombre de Perséfone por el de Alicia. Pero su madre me hubiera matado.

Y sí, de hecho, casi me mata cuando se enteró de que era yo quien tenía a su hija. ¿Cómo se enteró? Fácil: no le puse las dos velas de rigor a Cupidito el flechador. ¿Para qué, me pregunto yo? Si todo el mundo sabe que el fruto de la granada se come a oscuras, con los dedos manchados de su jugo, mordiéndose los labios y acariciando entre las piernas. Pero al señorito angelito no le bastaba: quería dos velas. Y como no las puse para honrarle le fue con el cuento a su madre que estaba loca buscándola por ahí. Las suegras siempre jodiendo. O impidiendo que los demás jodamos. Porque si, Perséfone se fue con su madre.

De eso hará seis meses, y ahora me dice que quiere volver al Infierno. Que le gustó "lo de la granada", pero que lo repitamos con velas. Y yo, pues acepto, la invito. Pero ya no es lo mismo: la cena con las dos velas se vuelve ceremonial, desapasionada. Con cubiertos. Que qué tal con su madre, que si le he dado de comer a Cerbero, blabla. Y a veces aún me dan ganas de darle la granada con los dedos, acariciar sus labios rojos de fruta manchada y desvestir su cuerpo blanco de hibris y no se cuantos otros pecados griegos.

¿No es como para arrancarle una a una todas esas estúpidas plumas de la espalda?

deuda pendiente

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Bailaré primero sobre tu tumba, taconeando bien fuerte hasta romper la lápida de tu memorial. Con estas cansadas manos, uno a uno removeré los escombros de tu conciencia, manoseando tu podrido cuerpo sin cubrirte lo ojos. Con las piedras sobrantes llenaré tu vientre hasta más no poder, para que así no tengas que comer merluza, cabrón. Sin culpas ni ataduras, te arrancaré el culo a mordiscos para que los quiltros que me acompañan te den un poco de diversión (así, igualito como ordenaste que hicieran con tantas mujeres años atrás).
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Me olvidaré entretanto de los golpes, la electricidad, la tortura mental, el hambre, el secuestro, el martirio, las violaciones colectivas, las desapariciones... y me dedicaré a llevarte a pasear en barco. Sí, a ese mismo, el que vecinos hermanos bombardearon en una guerra inútil por un puñado de tierra y mar. Ese, que no arrió un pedazo de tela llamado bandera por un mancillado territorio que alguien bautizó de patria… Allí, en algún momento, en algún lugar, te haré cosas que nadie en la vida sabrá, porque no existes, porque nunca mis tacos tocaron tu tumba, porque esto no sucedió jamás.
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El silencio será tu condena y el olvido tu sentencia... Sólo tu fiel perra te llorará, gritando hasta su muerte que esa mañana te fue a dejar flores y ya no estabas… se preguntará desde el negro abismo de la nada "¿dónde está?"... y yo le responderé siempre con mi usual desfachatada indiferencia necrofílica: “Señora, de putas debe andar”.
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N. de la R.: Esto probablemente ya lo leyeron en mi frecuencia, pero no ando muy creativa últimamente. Lo subo porque quiero, porque puedo y porque ayer a la perra, y a gran parte de su jauría, se la llevó la "sociedad protectora de animales" por andar callejeando y robando en las carnicerías. (Eso y porque no queremos desatar la furia de Megera...)
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miércoles, 3 de octubre de 2007

LA FURIA INCONTENIBLE DE LA VENGANZA

Alguna vez en la antigua Grecia, de acuerdo a lo que alguien le contó al viejo Hesíodo, mi medio hermano Cronos decidió castrar a mi padre para tomar el poder divino en sus manos. Consumado el hecho, las gotas de sangre de fueron a parar a las entrañas de Gea. Así nací, junto a mis hermanas. Los humanos, temerosos, nos nombraron de muchas formas…me agrada ése de Praxídiceas, o“Ejecutoras de la Ley”. Pero, como nombre genérico, nos llaman a todas juntas por Erinias.
Para chismes, eso sí, hemos tenido de todo… porque Epiménides insiste en que también somos hermanas de las Moiras, y que seríamos hijas de Cronos y Eurínome. Esquilo nos identificó como hijas de Nix, la Noche; y Sófocles afirmó que somos producto de nuestra madre y Skotos, las Tinieblas. Incluso, los órficos se atrevieron a decir que éramos fruto del amor entre Hades y Perséfone, los amos y señores del mundo infernal, versión compatible con los datos de La Ilíada pero que, aclaro desde ya, no es cierta.
Nadie sabe bien cuántas somos, pero Virgilio conoció a tres de nosotras de cerca… Simpaticón el hombre, aunque medio fantasioso para mi gusto. A mi hermana Alecto, la implacable, le encantó. Pero ella, por ser la encargada de castigar los delitos morales, no quiso acercarse mucho más al mortal. A Tisífona le dio un poco lo mismo, aunque ella nunca tiene mucho tiempo para pensar en amores ya que anda sedienta de vengar cuanto delito de sangre ocurra. Yo le encontré una mirada perdida…
Perdón, no me he presentado: mi nombre es Megera. Las malas lenguas, o los que no me han querido entender porque lisa y llanamente no les conviene, me nombran como “la celosa”, porque no tolero la infidelidad. Es de seres rastreros, básicos, sin palabra ni honor. Quien traiciona la confianza, no merece vivir tranquilo nunca más. El fin del amor y del deseo es justificable y hasta entendible... la infidelidad, no. Para eso, se acaba la relación y ya está.
Quiero aclarar que en realidad no somos malvadas, sino más bien inflexibles y algo intransigentes sobre nuestros parámetros valóricos… tanto es así que ni siquiera Zeus nos ha podido someter. Eso sí, nuestro libre albedrío se ve abruptamente cortado cuando debemos abandonar nuestros aposentos en el inframundo para ejecutar nuestra finalidad: castigar a los criminales vivos, sometiéndolos a torturas sin fin. Somos inmisericordes e incorruptibles; por eso nos temen tanto y tanto nos evitan por igual dioses y mortales. Cargamos con la responsabilidad de ejecutar la venganza sobre los hechos realizados, incluso si el autor del crimen ha muerto. Pobrecitos los humanos, tanto miedo nos agarraron que incluso nos han puesto Euménides (“benévolas” en griego), para ver si así evitan nuestra atención… Pero éso es imposible: nunca dormimos, estamos siempre alerta. Por eso me agradaban los romanos, que captaron mejor nuestra esencia y de plano nos pusieron Furias (en latín Furiae o Dirae, “terribles”).
Está bien, hay que decirlo con todas sus letras… somos unas perras, y qué. De hecho asumimos esa forma cuando nos place. Lloramos lágrimas de sangre, los látigos que cargamos son nuestro fetiche sexual y la serpiente es nuestro animal favorito. Ah, y volamos, para eso tenemos alas. Atormentamos a los que hacen el mal y ni se imaginan el placer que éso nos provoca, porque buscamos perseguir al pecador sobre cada rincón de la Tierra hasta volverlo loco.
Nunca podrás escaparte… podemos hacer como que no te vemos, hasta que bajes las defensas, hasta que creas que no existimos. Nos refugiamos en la mitología para que crean que somos un cuento, un embuste... pero no te engañes; sabemos de tu existencia, y vendremos a buscarte. Hemos sabido de dolores y desgracias, y vivido en carne propia las vejaciones que enjuiciamos. Perdonamos a quienes nos ofenden, pero … ¿Quién dijo que lo hicimos realmente?