Traigan aquí sus culpas y pecados, dolores y remordimientos.

Queremos sus llantos, odios, súplicas, rencores, venganzas.

Deseamos su furia sin contemplaciones ni restricciones morales.

Que sus inmundicias, peores secretos, recuerdos tortuosos son aquí transformados mediante catarsis en una redención divina...

lunes, 8 de octubre de 2007

MONJITAS BOXEADORAS

Vivimos muy ajetreadas, nosotras, las Erinias. Ni se imaginan cuánto. Y es precisamente porque no entiendo muchas veces el actuar de los humanos que debo establecer ciertos parámetros de lógica, que espero me ayuden a encontrar. Partamos por este caso…
Sucede que hace un par de meses ya, el 19 de julio para ser más exacta, debimos visitar de urgencia un pequeño convento de hermanas clarisas en un poblado diminuto en Italia llamado Bisciglie. Lindo lugarcito cercano a Bari, para los que pasean por ahí, y para los que no, para que se armen una idea.
El motivo de nuestra visita fue porque Anne Marie y Jean Baptiste, dos muchachas novicias, no aguantaron convivir con las ironías y los cambios de humor de la Hermana Superiora Liliane, así que la emprendieron contra la viejita a puños y patadas, recibiendo una tunda “de Padre y Señor Mío” (a la usanza Católica Apostólica Romana) a manos del par de angelicales religiosas.
Doy fe de los hechos… Hemos visto muchas veces a Alecto tentada de la risa frente a los requerimientos de los humanos, y más de alguna vez hemos debido frenarnos para no ayudar en estos arranques de justicia. Esta vez mi pobre hermana tuvo que morderse los labios hasta sacarse sangre para no arrancar a carcajada limpia frente a la veterana que clamaba al Cielo entre los arañazos y patadas en el suelo de las dos impetuosas jóvenes…
Liliane alguna vez fue también joven, y llegó muy orgullosa el año de la fundación del convento en sí, allá por 1963. O sea, pertenece real y objetivamente al inventario del lugar. Entonces que lleguen chiquillas nuevas y desordenadas donde todo debe ser silencio y meditación, no pues, imposible no enfadarse… Yo la entiendo.
La pobre ha dedicado toda su vida a ese sitio y sus fines, y ahora por un par de mozuelas sin miramientos el Arzobispo de Bisciglie va y pide el cierre del claustro al Vaticano... No le echemos la culpa tampoco a Giovanni Battista Pichierri, el sujeto involucrado, porque él trató de limar las asperezas generacionales entre las muchachas y la octogenaria monjita, claro está que sin éxito.
Como el único hogar de la viejecita es el convento, está llena de temores. Lo que monseñor Pichierri debe querer, pensó Liliane, es recuperar el edificio para entregárselo a otra comunidad de religiosas con más concurrencia, porque mal que mal, solventar un convento por tres monjitas ha de ser mucho gasto. Así que esta anciana de armas tomar decidió cerrar las puertas del lugar y atrincherarse adentro, negándose a recibir al Arzobispo. Y tal.
El Monseñor, en una iluminación absolutamente divina, constató “la desaparición evidente de la vocación religiosa y de comunidad eclesial" entre las hermanas; Anne Marie y Jean Baptiste partieron ya a otra comunidad de monjas clarisas.
Sobre el tema, lo único que puedo decir es que por algo a los conventillos se les llama de ese modo, que a estas monjitas les faltó Internet para desahogarse y que me da la impresión que las carencias juveniles de Liliane pasaron por otros aspectos…

2 comentarios:

Anónimo dijo...

nunca imagine que en este tipo de lugares sucedieran esas cosas,bueno, de todos modos no son mas que nosotros en algunos sentidos,lo netamente humano no se puede esquivar...

saludos

Anónimo dijo...

Ajajaja.

Alguien por ahí ya me había contado la historia jijiji supuse andabas tú en esto también...

jajaja

ps: ese "y tal" sonó a futbolista que ha pasado tres semanas en la "madre" patria.